A través de un amor común, las mayores crean lazos y disminuyen su soledad en tiempos de pandemia.
En febrero de 2021, debido a la dificultad de reunión y de interacción social como conocíamos hasta entonces, se inicia el proyecto ‘Sembrando juntas’ en el Centro Joven de Madrid Salud. Dos alumnas en prácticas del máster de Arteterapia y educación artística para la inclusión social invitan a unirse, compartir desde el ámbito de la arteterapia y reducir la soledad no deseada, situación que ya existía y que se ha visto agravada este último año debido a la necesidad de aislamiento en el domicilio para preservar la salud física.
Durante este recorrido de 20 semanas, se abre un grupo de 19 personas. Las videollamadas son las herramientas que ayudan a conectar y crear juntas, pudiendo respetar la seguridad de las participantes frente al contagio y que las circunstancias han impuesto en el día a día.
Así, en cada semana, la rutina acoge actividades que cambian la perspectiva del hogar: el disfrute de la naturaleza dentro de casa, adaptando un pequeño jardín al gusto de cada una, cuidando, conociendo el ritmo pausado que nos trae cada planta recién llegada y el nuestro propio. Esta experiencia nos ha permitido ser conscientes de lo sanador que es la relación con las plantas «domesticadas» y caseras y también con las plantas silvestres, en su hábitat. Dos mundos diferentes que suman.
En el grupo a través de las sesiones on-line de arteterapia, hemos compartido la experiencia de esta nueva compañía e historias de vida, el descubrimiento de nuevas maneras de expresar, como el poema objeto y los caligramas.
El arte es un lugar que abarca amplias posibilidades e ideas, invitando a imaginar lugares y fenómenos imposibles. Gracias a la metáfora y la poética tenemos herramientas muy importantes para el desarrollo de la creatividad, que se acaba extendiendo a los diversos ámbitos de la vida y el bienestar personal. Crear nos ha aportado el descubrimiento, a través de los encuentros virtuales, de la capacidad de improvisar y hacer algo coherente en muy poco tiempo.
Cada duda, curiosidad o emoción podía acogerse a través de un pequeño grupo de whatsapp durante la semana. Una vía coloquial y de fácil acceso que facilitó la unión entre las participantes, iniciándose un movimiento de experimentos y soluciones caseras para cada plaga con ingredientes de casa, como vinagre o jabón, abonos para las plantas, etc.
Para un seguimiento más cercano de cada una, las personas recibían una llamada o mensaje de las arteterapeutas cada semana para conocer la evolución de cada caso. Un tiempo compartido imprescindible para realizar un buen acompañamiento del proceso. Disfrutamos del cariño y el interés que nos transmitían las terapeutas además de ver tantísimas flores bonitas.
Esta experiencia nos ha permitido registrar la importancia de la tarea de crear lazos entre las diferentes generaciones y reducir la brecha que existe entre ellas. La diversidad no solo nos enriquece a nivel personal, sino que nos ayuda a aprender y descubrir nuevos métodos sin dejar atrás los conocimientos que nos han permitido un recorrido social para perseguir una buena calidad de vida.
María Pavón y Aurora Muñoz.
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