Ocurrió un martes del mes de febrero. Al llegar al Centro Joven confirmé que tenía en mi pendrive la presentación del taller sobre sexualidad. Me tocaba impartirlo en nuestro
Ocurrió un martes del mes de febrero. Al llegar al Centro Joven confirmé que tenía en mi pendrive la presentación del taller sobre sexualidad. Me tocaba impartirlo en nuestro centro al alumnado de una clase de secundaria de un nuevo instituto.
Cuando llegaron al aula los chicos y chicas se colocaron como quisieron. De pronto, a punto de empezar la clase, apareció Diego que prefirió sentarse apartado del resto de compañeros y compañeras. Comencé el taller pidiendo que se presentase cada persona y pude observar que Diego llevaba un implante coclear.
Le sorprendió a todo el mundo, pero sobre todo a Diego, cuando al preguntarle cómo se llamaba, le di los buenos días en lengua de signos. Él me respondió de la misma forma mientras se le iluminaba el rostro con una sonrisa. Ese simple gesto logró despertar en Diego una conexión diferente con el grupo al sentirse integrado y participativo.
Lo que la pandemia nos reveló
La pandemia ha hecho que aumente la Soledad No Deseada (SND) en la población en general y, sobre todo, en la población joven debido a las restricciones y confinamiento, haciendo más difíciles sus relaciones sociales. Si, además, añadimos ser persona sorda, existe una mayor dificultad de comunicación al aumentar su aislamiento social por no poder comunicarse con su grupo de pares y con la propia comunidad oyente.
En el Centro Joven detectamos situaciones relacionadas con la SND en la juventud sorda, así que nos pusimos en marcha y conseguimos que los lunes hubiese en el Centro Joven, una persona ILSE (Intérprete de lengua de signos española) para atender directamente y sin cita previa a la juventud sorda con respecto a temas sanitarios, en general y relacionados con su sexualidad, en particular.
Observamos una urgente necesidad de apoyo a nivel emocional ante el sentimiento de soledad, agravado por la pandemia actual. Por ello, creamos, junto con grupos de jóvenes de la comunidad sorda, una serie de vídeos educativos y divulgativos para redes sociales protagonizados por ellos y ellas. A partir de esta actividad notamos que se iba reduciendo la situación de SND de la juventud participante, y se iban afianzando vínculos de apoyo mutuo entre ellos y ellas.
Diego en buena compañía
Si veis la cara de Diego cuando puse al grupo todos los vídeos sobre temáticas como los preservativos, las Infecciones de transmisión sexual (ITS), la pastilla del día después o mitos sobre sexualidad siendo protagonistas personas sordas, comunicándose en LSE, subtitulado y con voces en OFF para sus compañeras y compañeros… ¡Fue, simplemente, maravilloso!
Cuando terminé el taller hablé directamente con Diego para confirmarle que Madrid Salud se implica con la juventud sorda. Es por ello que hace 5 años creó un programa comunitario impulsado desde el Centro Joven, específico e integral, llamado «TODO OÍDOS CON LA COMUNIDAD SORDA». Junto con la Federación de personas sordas de la Comunidad de Madrid (FESORCAM) y Centros Educativos hacemos todo tipo de talleres a los que puede venir sin cita y con apoyo de una persona ILSE. Le encantó saber que participamos a nivel comunitario y que existe un grupo de jóvenes en FESORCAM al que puede unirse para conocer gente nueva.
Se fue del Centro Joven alegre y tranquilo al saber que en Madrid existe una institución pública sensibilizada con la cultura sorda donde puede acudir cuando lo necesite al igual que cualquier persona oyente.
Gema Gabaldón Ruiz / Luis Álvarez Castel
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