“Es precisamente en fechas señaladas como la Navidad cuando más acuso mi sensación de soledad”. No son pocas las personas que se identifican con esta situación.
Todo a nuestro alrededor nos da a entender que estos días navideños de fiestas han de ser de alegría y felicidad. Pero la realidad es que hay muchas otras realidades. A nuestro lado hay personas que no lo sienten así.
Por ejemplo, hay quienes viven fuera de sus lugares de origen y no pueden celebrar con sus personas queridas estas fechas señaladas. O ni si quiera son de tradición cristiana, y no les mueve a celebrar la Navidad, sin embargo, sí pueden añorar a sus familias y amistades con sus propias tradiciones. Otras personas están en situación económica difícil y no pueden participar de unas fiestas fuertemente comercializadas. Las personas enfermas o con incapacidad para salir de sus domicilios suelen ver cómo los medios emiten anuncios, series o películas de alto contenido emocional que pueden acrecentar su frustración en soledad.
Por otro lado, la Navidad suele evocarnos recuerdos de mejores momentos del pasado, con personas que se alejaron de nuestras vidas o fallecieron, y la soledad se agudiza con la nostalgia de no poder pasar estas fiestas con ellas.
Luces, música, regalos y fiestas, todo esto es magnífico si se puede compartir con alguien con quien se sienta una amistad y confianza verdadera. Pero es común que quien se siente en soledad, en estas fechas profundice sobre su supuesta incapacidad de disfrutar de la amistad de otras personas y su malestar se acreciente.
Por todo ello debemos estar alerta ante signos de soledad que presenten las personas de nuestro entorno. Si queremos construir una comunidad menos aislada y más conectada debemos mostrar que nos importa esa persona que tenemos cerca, brindar afecto e interés por lo que le sucede, e invitarle a pasar cierto tiempo en compañía y a participar en actividades comunes que vayan generando un vínculo de amistad cada vez más profunda.
Aun así, hay casos donde las personas que sienten soledad prefieren pasar estas fechas en la intimidad por diferentes motivos (como puede ser un duelo reciente), y no es conveniente forzar situaciones de fiesta o compañía si realmente van a hacer que se puedan sentir incómodas. Pero sí debemos de prestarles la atención que necesiten para que sepan que tienen nuestro apoyo y compañía cuando estén preparados/as para ello.
Así, las navidades pueden tener dos caras muy diferentes: la felicidad y alegría por el reencuentro de personas queridas, y la soledad y tristeza por la falta de ese encuentro.
Invitemos a quien sufre a nuestro tiempo, nuestra escucha y apoyo. Y cuando pasen las fiestas, continuemos con la labor de conexión con las personas de nuestro entorno para aliviar el sentimiento de una soledad no deseada. Porque cualquier día nos puede pasar, es necesario generar una comunidad más unida.
También durante las fechas navideñas, los Centros Municipales de Salud comunitaria de la ciudad de Madrid, así como el Centro joven y el Centro de Prevención del Deterioro Cognitivo están a la disposición de la ciudadanía para prevenir la soledad no deseada mediante actividades grupales que promueven la generación de hábitos saludables y vínculos con la comunidad.
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