Me llamo Pilar. Mi caso es solo un caso más, pero contarlo me ayuda y quizás pueda ayudar a otras personas en una situación parecida a la mía. Me quedé muy sola desde que mi madre murió de COVID hace dos años. Siempre había vivido con ella y mi único hermano no vive en Madrid.
Yo conocía el CMSc de mi distrito, Arganzuela porque mi madre se ponía la vacuna de la gripe allí. Cuando la acompañaba, veía los carteles en las paredes con temas de salud y de talleres para dejar de fumar, de alimentación, para la ansiedad, etc. Un día, casi por casualidad, fui a preguntar.
Una educadora social me explicó que, en el centro y también al aire libre, hacían muchas actividades. En un momento dado, me preguntó que cómo me encontraba. Poco a poco, le fui contando algunos temas que me preocupaban. Le expliqué que últimamente se me olvidaban las cosas. No estaba segura si podía ser por la medicación que estoy tomando para la depresión y me sugirió que me apuntara para que me hicieran una valoración, porque periódicamente organizan unos “Talleres de Memoria”, con ejercicios que me podían ayudar. Ya estoy apuntada y en breve me llamarán para las próximas sesiones.
También le comenté que me costaba mucho concentrarme porque me pongo muy nerviosa por cualquier motivo o incluso sin motivo alguno. La educadora me habló de unas sesiones de “Relajación Creativa” a las que me apunté en seguida. Las clases me están gustando mucho. En el aula ponen música muy tranquila y me enseñan a respirar. El estar con otras personas que acuden a este taller me ayuda también mucho a relativizar mis angustias. Pasamos momentos muy agradables en compañía.
Por otro lado, me he sumado al Grupo de Whatsapp de Soledad No Deseada. Es realmente muy útil para las personas que quieren conocer las actividades que se hacen en el barrio y no desean pasar mucho tiempo a solas en sus casas. Me he dado cuenta de que sentirme activa en mi entorno, me viene muy bien. Participo en varias actividades que me proporcionan unas rutinas que hacen que me sienta mejor. Y por supuesto, charlar con mis vecinas y vecinos, las monitoras y la gente del barrio, no solo me entretiene, sino que me siento más acompañada.
La última actividad a la que he asistido es en una carpa que estuvo muy entretenida porque la gente contaba historias que les habían pasado durante el confinamiento. Yo pude compartir mi caso y el de mi madre. Me emocioné mucho al recordarlo, pero ya sin angustia, sino desde el agradecimiento de seguir adelante. Y si sigo adelante es gracias a quienes me han demostrado que les importa mi bienestar. Se lo agradezco mucho, porque ya no me siento tan sola.
Por eso os animo a salir y apuntaros a las actividades que ofrece vuestro barrio. En mi caso ha sido fundamental. Si no sabéis por dónde empezar, podéis acudir al CMSc más cercano a vuestra casa. Un abrazo.
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