La otra cuesta de enero

Ya están retirando las luces festivas de las calles y plazas. El invierno parece que por fin ha decidido quedarse. Hace más frío. Y, aunque brille el sol algún día, todo parece más gris.

Con este panorama por delante, muchas personas perciben el mes de enero como un verdadero reto, una tundra que atravesar hasta que aparezcan las primeras flores en los almendros y al medio día se temple el ambiente. Enero es para mucha gente un desierto helado donde, tras haber terminado las celebraciones navideñas, no solo el bolsillo se resiente, sino que dejamos atrás las reuniones con familia y amistades y empezamos un nuevo calendario con las páginas demasiado blancas.

Combatir esta sensación de largo camino con una cuesta tan pronunciada nos deprime solo de pensarlo. Para hacer más llevaderos estos días, podemos poner en práctica alguna de estas recomendaciones:

  • Intentar no ponernos en “modo negativo”: si lo pensamos, no está tan mal que hayan terminado las fiestas para poder tener un poco de tranquilidad, empezar o retomar los buenos hábitos saludables de comer y dormir mejor, así como hacer algo de ejercicio y salir a socializar un poco por el barrio sin necesidad de gastar tanto. Hay actividades muy gratificantes que puedes practicar por ti mismo/a: disfruta de la lectura, de la música, la meditación, de una siesta o un paseo por el parque, de una buena película en el cine o un rato escribiendo, quizás cocinando algo nuevo o pintando.
  • Pensar en emprender nuevos proyectos en compañía: parece un tópico que se dice y luego no se cumple, pero es importante que nos motivemos con nuevas ilusiones. Aunque finalmente algunas se queden en el camino, no por ello debemos dejar de soñar. Nuestra recomendación es proponerse nuevos retos realistas y alcanzables que no tienen por qué ser caros ni dificultosos. Por ejemplo, ¿y si nos animamos a apuntarnos a alguna actividad grupal de forma frecuente? Hay muchas actividades grupales, de arte, turismo, salud, voluntariado, etc… que no requieren ningún esfuerzo económico. Tan solo el esfuerzo de llamar para apuntarnos, ponernos los zapatos, y a por ello. Estar en compañía puede aliviar muchos de los malos efectos de la soledad no deseada. Incluso se pueden llegar a hacer grandes amistades.

Si no sabes por dónde empezar, pásate por tu Centro Municipal de Salud comunitaria más cercano y verás como la cuesta de enero se ve menos empinada.

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