La soledad y el tabaco: dos fenómenos vinculados

Existen evidencias que muestran que la soledad es un factor significativo en el aumento del tabaquismo. Robyn Wootton, coautor del estudio de la Universidad de Bristol (2020) sobre tabaquismo y soledad, asegura que la experiencia prolongada de la soledad es en numerosas ocasiones la causa de comenzar a fumar o aumentar el consumo de tabaco. Asimismo, otra de las conclusiones de la investigación es que las personas en soledad tienen menos probabilidades de dejar el hábito.

Desde los Centros Municipales de Salud Comunitaria y del Programa de Prevención y Control del Consumo de Tabaco, somos conscientes de que dejar de fumar exige siempre ir más allá de la mera supresión del consumo de tabaco.

Esta exigencia es el resultado de la complejidad del hábito de fumar. En él están implicadas, entre otras, nuestra forma de gestionar las emociones, de comunicarnos, de afrontar situaciones cotidianas o de acometer ciertas tareas importantes. Dejar de fumar es una tarea de aprendizaje costosa. Se trata, en palabras de personas participantes en nuestro programa, de ‘aprender a vivir de otro modo’.

Precisamente por este motivo, abandonar el tabaco puede ser también una oportunidad para enriquecer nuestro estilo de vida de forma que sea no solo más saludable, sino también más gratificante.

Muchas de las personas que acuden a nuestros centros buscando ayuda para dejar de fumar se refieren al cigarrillo como ‘un compañero de toda la vida’, incluso como ‘un amigo’, y viven su abandono como un duelo, similar al que experimentamos por la pérdida de una persona o un objeto que nos ha acompañado y nos ha ayudado durante años.

Es necesario que seamos respetuosos con esta idea y conviene que nadie se apresure a cuestionarla como algo absurdo o carente de sentido. Por el contrario, quienes nos dedicamos a la ayuda a la deshabituación tabáquica, somos conscientes de la consideración que merece.

La buena noticia es que conociendo mejor las causas y la adición que crea el tabaco, podemos plantear caminos para prevenirlo, controlarlo y conseguir abandonarlo. Existe una clara asociación entre el enriquecimiento de los recursos personales y del estilo de vida de las personas que atendemos, y el éxito a la hora de renunciar al tabaco.  Es decir, más allá de la mera eliminación de un comportamiento considerado de forma aislada del resto de las esferas vitales de la gente, debemos intentar mejorar nuestras relaciones personales y sociales para impulsar nuestras ganas de sustituir al “amigo” tabaco por amistades más saludables.

El tabaco como ‘acompañante’ puede dar la impresión de alivio de la soledad, pero, en todo caso, solo será un alivio momentáneo, y sus consecuencias negativas sobre la salud no lo compensan.

El tabaco y los recursos para evitarlo

Los datos nos han mostrado cuatro hechos reveladores: la proporción de población fumadora entre las personas que viven solas es más alta que entre la población general. Su disposición a dejar de fumar es más baja. Su tasa de éxito menor cuando lo intentan y tienden a recaer con más probabilidad.

Por tanto, si queremos promover el abandono del consumo de tabaco entre toda la población, y no solo entre quienes acuden a nuestros centros, es sumamente útil disponer de recursos orientados a prevenir, detectar y paliar las situaciones de soledad no deseada.

Para ayudarnos en este objetivo, estos recursos constituyen un apoyo en dos direcciones. Por un lado, en la tarea de establecer contacto con personas fumadoras que viven solas o experimentan soledad para que incluyan el abandono del tabaco entre sus objetivos y se les oriente hacia el programa de prevención y control del consumo de tabaco en el Centro Municipal de Salud Comunitaria correspondiente.

Por otro lado, en la facilitación a la persona fumadora o exfumadora de recursos en su entorno dirigidos a promover el contacto social, el alivio de la soledad, el enriquecimiento del estilo de vida y, por lo tanto, la probabilidad de plantearse firmemente el abandono del tabaco (si continúan fumando) o de mantener la abstinencia (si ya lo han abandonado).

Desde el Programa de Prevención y Control del Consumo de Tabaco te damos la bienvenida y te mostramos los recursos a tu alcance. Te esperamos en tu Centro Municipal de Salud Comunitaria más cercano.

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